All good things must come to an end... y así, se esfumaron las vacaciones de verano.
Como breve contexto, los invito a leer mis artículos del final de mi sexto semestre y de mi aventura en intersemestral. Como diría el Lonje Moco: "Fue horrible, fue horrible". Si, en verdad fue horrible, pero no abundo en detalles aquí porque pues, para eso estuvieron mis otros artículos.
El verano vino y se fue, una experiencia muy interesante, con todo y que casi pierdo la vida por una cosa tan estúpida (me caí sobre la vía del Trolley en el centro de San Diego), lo cual pueden leer en los artículos respectivos. Vaya cosas que me pasaron, y eso que omití las anécdotas de los perritos suicidas y con discapacidades, todo un San Quintín...
Dejemos de lado a los perritos y la ropa de marca a precios increíblemente bajos (I'm looking at you, Ross Dress For Less) por un momento y regresemos a lo que nos truje: ayer empecé el séptimo semestre de la Licenciatura en Contaduría.
To be honest, sigo sin creer que he llegado hasta aquí, pero bastante trabajo me ha costado. Entre buenos profesores, malos profesores (léase The semester from hell, o sea, el sexto de la carrera), grandes amigos, compañeros odiosos y envidiosos y, obviamente, my fair share of heart break, llegué a la etapa terminal.
Un poco de contexto sobre este semestre que apenas inicia: me ganó la indecisión. Quería regresarme al turno matutino, pero oportunidades de servicio social profesional en organismos del gobierno (que no conseguí porque nunca contestaron) suenan interesantes y se ven muy bien en el currículum, sin embargo, son por la mañana, por lo que queda estudiar en la tarde. Obviamente quería estar en la mañana, porque pues... me gusta más el ambiente, pero estamos en ese punto que básicamente todo da igual, solamente quiero terminar.
Ahora, quedarme en la tarde implicaba otra decisión que tomar. ¿Quién sería mi veneno? En un grupo teníamos a la profe Maga, le vamos a decir así por sus iniciales y también porque daba clase una vez a la semana, una hora y esa hora era exprés y se desaparecía al final; y en el otro grupo estaba la Wicked Witch of the West, una profe obstinada y grosera, con quien la verdad no quiero volver a lidiar, porque no tengo tiempo para perderlo con ella.
Después de ver a los demás profesores que tenía cada grupo, terminé en el que mejores opciones tenía: un íntimo colaborador de la deidad contable Óscar Sánchez (ilustre autor del libro Introducción a la Contaduría), el actual presidente y el ex presidente del Colegio de Contadores Públicos de Baja California y un discípulo de mi querida Master Estela (otra deidad contable), entre otros, y la Maga, que pues... honestamente, si me ofrecieran un millón de pesos por no tomar la clase con esa profe y atrasarme otro semestre, obviamente los acepto.
Contexto de esa última oración: me dio clases el semestre pasado y saqué 95. No saqué 95 por haber aprendido con lo que ella me enseñó, sino por haberme enseñado yo solito los sistemas de costos predetermiandos estándar y estimados. Pues si les digo que la apodé la Maga porque en cuanto terminaba de dar el tema, se desconectaba, así como pues...
En fin, desde el semestre pasado traigo la filosofía de entrar al grupo menos peor. Así fue. Down side es que la Meme y el Andrés se fueron al otro grupo, pero no estoy completamente solo, o al menos, en el sentido de tener amigos, porque la neta no sé con quién haré equipo este semestre en los proyectos, porque Alexis siendo Alexis, no quiere batallar. Si seré la morra castrosa de los plumones, entonces ya se imaginarán como soy de exigente con los trabajos en equipo...
Pero basta de asustar a mis nuevos compañeros de grupo. Este semestre empiezo un poquito triste. El jueves pasado, después de años al frente de la carrera, fue relevada de su cargo la coordinadora, la Dama de Hierro, la Maestra Soledad Plazola. Como no estar triste, semejante deidad contable me ha acompañado a lo largo de mi carrera y ha sido mi profesora en tres ocasiones, ya le había agarrado cariño. Quién sabe qué le prepara el destino a la Maestra Sol, pero lo que sea, lo hará con toda la dignidad y ética profesional que la caracteriza. I'm going to miss her.
Lunes 9 de agosto del 2021. Primer día de clases. Me conecto a la sesión, la clase era Finanzas Internacionales. Todo iba bien hasta que la profe dijo "Prendan sus cámaras, jóvenes". Girl, me quedé mas trabado que mi espalda cuando quise subir a un bulldog a la tina. La mitad de la clase ni la escuché porque me quedé trabado, pero en fin. Girl didn't even record, for God's sake.
Luego llegó una joyita de anuncio al curso de Blackboard de la Maga: "Jóvenes, nos vemos el miércoles en horario de clase". It's the God foresaken first day of school and girl couldn't bother to show up????? Era de esperarse, ni sé por qué deposité tantas expectativas en ella, to be honest.
Después de esperar y comer algo, porque... let's be honest, voy a aprovechar el tiempo de clase muerto en hacer otras cosas, I'm not going to sit my ass out waiting for people who are being paid to do a job they're clearly not doing. A ver, me desvié poquito quejándome, pero como comentaba, después de esperar y comer, tocaba el turno de poner en alto su apellido al íntimo colaborador del Dr Óscar Sánchez. Ese es un gran peso que cargar: colaborador del Dios contable Óscar Sánchez. Como le dije al último chico que con el que salí: Don't waste my time, this better be good!
Si la Maestra Estela nos decía que le diéramos honor al apellido, es algo que le repito al profe en cuestión. Si bien, él no es Óscar Sánchez, tener la dicha de colaborar con él debe ser un gran honor para su carrera, after all, el hombre escribió un libro e invitó a este profe a colaborar. El nombre del profe ya trae peso, ahora que lo deje caer con todas las de la Ley, requiero que compruebe su grandeza. Dice por ahí un profe que me dio clases de Metodología de la Investigación que los profes necesitan presumir sus logros y títulos para inspirar a sus alumnos.
Bueno, y así fue. Con una voz imponente y gruesa inició su clase. Hasta abrí los ojos. Considerando que el profe de Auditoría del semestre pasado tenía una voz chillante, el nuevo profe fue música para mis oídos, quite literally. Also, traía la mentalidad de "No nonsense" (sin tonterías): después de presentar su curso, empezó a dar el tema. Profe, aguántese, ni nos hemos presentado pues...
En fin, creo que yo no requiero presentación. I'm your favourite diva. Pero aun así quería hacer mi entrada triunfal. After all, yo soy la persona que grabó un video para su clase de Mercadotecnia en quinto semestre posado en el sillón de su sala como si fuera un diván. Un rotundo éxito, Mariah Carey would have been proud.
Así transucrrió mi primer día de clases, entre fallas técnicas, profesores ausentes y haters, si, haters. Va un día y ya tengo haters, pobres de ellos. Yo sé que no soy monedita de oro para caerle bien a todos, pero pues, ¿qué ganas con querer darle de zancadillas a las personas? Igual, si van a hablar, hablen, me mantienen relevante y alimentan mi autoestima, después de todo, si se la pasan criticando es porque estoy haciendo bien algo... La que puede puede y la que no, critica. Como diría mi querida Mariah: I'm a press conference, you're a conversation. (Why are they so obsessed with me?)
Ya para terminar, dejando de lado el episodio de los haters, fue un primer día muy equis, la verdad. A comparación de semestres anteriores donde estoy lleno de ilusión y felicidad por ver a mis compañeros y conocer a los profes, como que la idea de que este es el tercer inicio de clases virtual es emocionalmente desgastante. Pero bueno, ¿qué le podemos hacer? Así nos tocó vivir. A todos mis colegas contadores y a mis compañeros cimarrones les deseo un feliz inicio de semestre y mucho éxito y suerte para todos. May the odds be ever in your favour.
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