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¿Cómo cuidar la salud mental en la oficina?

Imagina el siguiente escenario: es viernes, último día de tu semana laboral casi para salir y ya tienes tu plan perfecto para el fin: salir de fiesta con amigos y pasarla bien o simplemente ir a casa para descansar y recuperar energías, pero te llega un mensaje… “Buenas tardes, Lic., tiene que quedarse horas extras para apoyarnos a sacar este proyecto…”. Ah, y horas extras que no te van a pagar, peor tantito, porque pues hay que #PonerseLaCamisaDeLaEmpresa


Frustración es una emoción que puede aparecer en estos momentos y déjame decirte algo: es perfectamente normal y entendible. Mentar madres también, pero de eso mejor hablamos luego.


Hasta hace relativamente poco tiempo, cuando se hablaba de salud sólo se hacía referencia a la salud física, el sentirse bien corporalmente hablando o no tener ninguna enfermedad. Si bien es importante cuidar nuestro cuerpo, por dentro y por fuera, se estaba dejando de lado otro aspecto de la salud igual de crucial.


El tema de la salud mental está cobrando cada vez más notoriedad, y eso es muy bueno. Dado que somos una combinación de muchas áreas, principalmente lo biológico, lo psicológico y lo social, se han de procurar cada una de ellas por igual para tener lo que la OMS define como salud.

Pasamos mucho tiempo de nuestra vida realizando actividades laborales por lo que es normal que en ocasiones nos cansemos, desmotivemos o incluso hartemos de ello, y con más razón cuando existen condiciones laborales injustas, un mal clima entre los compañeros, abusos de superiores… y eso que aún no hablamos de los problemas que podamos tener en las demás áreas de nuestra vida.


Salud mental es mucho más que ir con un psicólogo clínico una hora a la semana. La salud mental se ve influida también por nuestro contexto social: familia, amigos, pareja, compañeros de trabajo, entre otros. Y en este caso, si nuestro contexto laboral constantemente nos presiona, sobrepasa nuestras funciones y nos lleva al límite, eso tarde que temprano cobra factura (BA DUM TSS 🥁. Ok, era un pequeño guiño para ustedes, mis queridos contadores).


En pocas palabras: hay factores estructurales que pueden ser difíciles de cambiar, se necesita de una fuerza colectiva para ello y lo que nos queda es seguir trabajando en conjunto para corregir esos atropellos o excesos que no deberían estar. Entonces me preguntarás “¿qué puedo hacer yo para mejorar mi salud mental?”. Bien, aquí te dejo algunas recomendaciones generales que desde ya puedes ir revisando para aplicarlas en tu vida: básicas pero esenciales.


1. Genera un buen ambiente en tu zona de trabajo

Te quejas de las víboras, los quejumbrosos, las envidiosas pero ahí andas también, a mí no me engañas. No seas el “tóxico/a” de tu trabajo. Sé amable porque nunca sabes como está el mundo de los demás; tú puedes ser la persona que le haga más agradable el momento a otra. Empieza el cambio por ti y lo demás lo notarán.


2. Forma grupos de apoyo y momentos para convivir

No te aísles, pásala bien con los demás. Ya sea los de tu oficina o fuera de ella, intenta formar grupos de personas importantes para ti para cuando sean tiempos buenos los disfruten, pero si llegan los malos estén ahí para apoyarse. Una salida, una cena en casa, ir a los tacos de la esquina, ir al cine, lo que quieran; el punto es relacionarte: no olvides que somos seres sociales.


3. Date un tiempo para ti

No todo tiene que ser en grupo, también recuerda que tienes necesidades individuales que cubrir. Haz lo que te gusta, un tiempo en silencio o escuchando música, jugando o viendo películas: un rato de autocuidado es esencial no opcional.


4. Haz ejercicio físico

Sí, lo mismo que te dijo tu médico la otra vez. El ejercicio ayudará enormemente en todos los aspectos de ti: lo físico porque tendrás más fuerza y energía; lo psicológico porque puede mejorar tu imagen corporal y autoestima; y en lo social porque tendrás la oportunidad de conocer más personas con quienes puedes tener gustos en común (esto puede ir en relación con la segunda recomendación de este artículo).


5. Acude a terapia

Comenzar terapia psicológica puede ser un antes y un después en tu vida si estás dispuesto a cambiar el rumbo que has tenido hasta hoy. Este último punto nos daría mucho para hablar pero en resumidas cuentas: terapia es el espacio donde el protagonista eres tú, para analizar los temas que te preocupan, sacar eso que tenías por ahí pero te daba pena externar.


En terapia no es nuestro trabajo juzgar, nuestro trabajo es acompañar, orientar y guiar a quienes lo necesiten. No es para locos, lo que sí es una locura es necesitar ayuda y rehusarse a pedirla.


Espero que estas recomendaciones generales puedas aplicarlas de alguna forma y ver mejorías en tu vida, tu relación con los demás y principalmente contigo mismo.


Aquí el Conta Alexis metiendo la cuchara, al pie de esta colaboración, como siempre... Si necesitas atención psicológica, te dejo los medios de contacto de Ricardo a continuación, da clic aquí.


Y como siempre, también quiero aprovechar que ya me colgué del espacio que le concedí a Ricardo para darle las gracias por colaborar en este espacio, con este tema tan importante para todos, independientemente de su profesión. Mil gracias, primA💅🏻 (Bromeamos que somos primos, porque nos apellidamos Rubio los dos😂)

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