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Isabel II: una monarca con potencial de contadora👑

Foto del escritor: L. C. Alexis Cruz RubioL. C. Alexis Cruz Rubio

La reina Isabel II en los 70s, portando la tiara de su bisabuela, Alexandra de Dinamarca.

Un 6 de febrero de 1952 muere el Rey Jorge VI a los 56 años de edad y su hija mayor, la princesa Isabel, asciende al trono a sus 25 años. El domingo, 6 de febrero, se cumplen 70 años del reinado de Isabel II.


¿Qué tiene que ver la monarca británica con la disciplina contable? Realmente no mucho, pero al ser un estudioso de su vida y su legado, he logrado detectar actitudes en ella que, de no haber nacido en cuna de oro, la hubieran convertido en una gran contadora.


Para empezar, ¿quién es esta fina y distinguida dama que posee toda la admiración y respeto del Conta Alexis?🤔


Queen Elizabeth II: una breve semblanza


Los duques de York con su primogénita, la princesa Isabel, 1929

Elizabeth Alexandra Mary Windsor nació el 21 de abril de 1926 en la casa de sus abuelos maternos, Claude Bowes-Lyon, 14˚ conde de Strathmore y Kinghorne, y Nina Cecilia Cavendish-Bentinck, ubicada en 17 Bruton Street, en el distrito londinense de Mayfair.


Al nacer, la primogénita de los entonces duques de York (el rey-emperador Jorge VI y la reina-emperatriz Isabel, mejor conocida como la reina madre) ostentaba el título de princesa, al ser nieta del entonces monarca Jorge V y su esposa, la reina María (primogénita de los duques de Teck, en el reino de Württemberg). En 1930, la familia de los duques de York creció con la llegada de su hija menor, la princesa Margaret Rose.


Su infancia dio un giro de 180˚ al morir su abuelo Jorge V y tras la abdicación de su tío Eduardo VIII, ambos sucesos en 1936, cuando la futura monarca tenía apenas 10 años. A su corta edad, se convirtió en heredera al trono del imperio británico. Si bien su papel protagónico dentro de la realeza británica empezó a sus 10 años, en 1929, Winston Churchill (quien más tarde fuera primer ministro) dijo que la princesa Isabel era "todo un personaje" y que a su corta edad tenía una presencia "imponente".


En 1939, conoció a su primo tercero, Felipe de Grecia y Dinamarca (de la dinastía Schleswig-Holstein-Sonderburg-Glücksburg) durante una visita al Royal Naval College ubicado en Dartmouth, que fue ideada por el tío de éste, Lord Louis Mountbatten (quien en 1947 se convirtió en el primer conde Mountbatten de Birmania y último virrey de la India británica). El príncipe Felipe fue enviado a la guerra poco después, pero eso no impidió que el romance entre el apuesto príncipe griego y la joven heredera al trono británico floreciera.


Tras el final de la guerra, en julio de 1947, el Palacio de Buckingham anunció el compromiso de la princesa Isabel y el príncipe Felipe de Grecia (quien renunció a sus títulos de la realeza y adoptó el apellido Mountbatten, de su familia materna) y, en noviembre de ese mismo año, contrajeron matrimonio en la Abadía de Westminster.

La entonces princesa Isabel y el duque de Edimburgo saliendo de la Abadía de Westminster tras su ceremonia nupcial, 20 de noviembre de 1947

El matrimonio, que llegó a su fin tras la muerte del príncipe Felipe (quien recibió el título de duque de Edimburgo previo a su enlace) en abril de 2021, produjo cuatro hijos:

  • Carlos, príncipe de Gales (n. 1948), heredero de la corona, mejor conocido como el padre de los príncipes Guillermo y Enrique (Harry) y ex esposo de la finada Diana, princesa de Gales (1961 - 1997).

  • Ana, princesa real (n. 1950), única hija de la monarca.

  • El príncipe Andrés, duque de York (n. 1960), que actualmente enfrenta cargos por violencia sexual, consecuencia de su amistad con el difunto empresario y violador Jeffrey Epstein.

  • El príncipe Eduardo, conde de Wessex (n. 1964), hijo menor de la soberana.

En 1952, tras la muerte prematura de su padre, la joven Isabel asciende al trono a sus 25 años de edad. Anteponiendo siempre su deber ante todo, un estilo de vida inculcado por su abuela, la reina María (consorte del rey Jorge V), la segunda era isabelina se caracteriza por el mantra "Keep calm and carry on". 70 años después, la soberana británica es un ícono de resiliencia y adaptación al cambio, a la vez manteniendo la milenaria tradición de la realeza británica, iniciada por Guillermo el Conquistador en 1066.

Coronación de la reina Isabel II, 2 de junio de 1953

¿Por qué Queen Elizabeth sería buena contadora?

La reina Isabel II en uniforme militar, circa 1950s

Desde mi punto de vista, la soberana británica posee ciertos dones y habilidades que la hubieran convertido en una buena contadora si no hubiera sido elegida por la gracia de Dios para ocupar el trono.


Para empezar, esta señora sabe mantener la calma en medio de una tormenta. En la profesión contable, esta habilidad es indispensable cuando se trata de temas delicados en materia fiscal y financiera. Los contadores requieren navegar situaciones difíciles de vez en cuando, para lo cual deben mantener la cabeza fría y analizar el panorama de forma objetiva.


Por otra parte, su habilidad de adaptarse al cambio sin quebrantar las tradiciones históricas de la corona ha sido reconocida en diversos medios como un pilar de estabilidad en tiempos turbios. Esta va de la mano con el punto anterior, pero creo que en la contaduría es indispensable estar abiertos al cambio y lograr adaptarse a él. Todos los años salen disposiciones nuevas en materia fiscal y actualizaciones tecnológicas para seguir cumpliendo con las normas fiscales, la adaptabilidad del profesionista contable es sumamente indispensable para el ejercicio profesional hoy en día.


Ahora, si hablamos de su capacidad personal de análisis, tiene una habilidad impresionante de leer a las personas y analizar situaciones. Girl can read a room and call out some bullsh*t! Esta gran capacidad de análisis es lo que la convierte en una candidata ideal para el ejercicio de la profesión contable: la doña se podría aventar unas buenas auditorías y eso que la operaron de las cataratas hace un par de años...


Y, por último, un punto que abordé en el elemento biográfico de este artículo: el gran sentido del deber. Creo que esta es una que le aprendí muy bien a Su Majestad. No perdamos de vista que esta es una mujer que dedicó su vida, larga o corta, al servicio de sus súbditos. Dedicó su vida al entonces imperio británico en 1947 a sus 21 años de edad, fue elegida por Dios a los 25 años para desempeñar el cargo de soberana y, a sus 27 años de edad, fue ungida y consagrada para reinar sobre quince (en 1953, solamente eran siete) países.


Bueno, ¿qué decía de su gran sentido del deber? Ah, ya me acordé... Esta es una persona con una gran disciplina y una moral impresionante, siempre ha hecho lo que tiene que hacer, procurando el bien de todos sus súbditos, inclusive poniéndolo todo por encima de sus creencias y convicciones personales. Como futuro contador, puedo indicarles que estas son cualidades que son requisito para el perfil del contador en general, pero son indispensables para una carrera en fiscal o en auditoría.

La reina Isabel II, junio 2021

Queen Elizabeth es un personaje admirable y el gremio contable hubiera sido afortunado de contarla entre sus filas. Sin embargo, su ilustre pedigree la destinó a otras tareas. Si bien, la reina Isabel hubiera sido una gran contadora, considero que le quedó mejor ser monarca. Lleva 70 años desempeñando el cargo de manera formidable y ejemplar. La gran Isabel II es un ejemplo a seguir para todos sus herederos y sucesores, y para sus súbditos también.


Una de las lecciones más importantes que aprendí en mi vida fue gracias a la soberana: you just get on with it. Pase lo que pase, uno debe de seguir haciendo su vida. ¡Mírenla! Se le acaba de morir el marido, pero ahí sigue la doña: trabajando duro, no desiste. La edad le hace lo que el viento a Juárez.


De la mano de lo anterior viene otro punto: Ich dien (yo sirvo, en alemán). Este noble lema es utilizado por la casa de Windsor en el escudo de armas del príncipe de Gales y es un lema extraoficial de la dinastía. La reina ha servido a sus pueblos con excelencia las últimas siete décadas y es una labor digna de admirarse. Como decía, es un ejemplo de servicio al prójimo.


Para cerrar el día de hoy, quiero darle las gracias a Queen Elizabeth por ser un ejemplo de dedicación y servicio a su cargo. Quisiera homologar esa devoción que tiene por sus súbditos en mi ejercicio de la profesión contable. Thank you for your service, ma'am. Happy Platinum Jubilee!

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