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Happy Dog: 2 años de perritos

Foto del escritor: L. C. Alexis Cruz RubioL. C. Alexis Cruz Rubio

Se los juro por Dios que jamás imaginé que me encantaría tanto el grooming.



Pues han pasado dos años de aquél día en que pisé por primera vez el 4370 de Bonita Road, algo que jamás imaginé que pasaría. Antes de mayo de 2021 ni me gustaban los perros. Pero pues, ya ven lo que dicen, cuando el hambre entra por la puerta, el gusto por los perritos entra por la ventana🤑


Aunque no morí de hambre para llegar a este momento de mi vida, si tenía hambre de empleo. Considerando que ya habían pasado dos años de pandemia y mi mamá y yo estábamos desempleados, estaba desesperado. Básicamente mandaron a la persona con el peor sistema inmunológico a perseguir la chuleta en un mundo infestado con un virus letal. Sin Medicare. Ch*ngo yo mi m*dre, ¿verdad?


El punto es que estaba urgido de trabajar y en ninguna tienda me querían contratar allá en el gabacho. No sé si era por mi color de piel...???? Quien sabe, pero pues aquí el asunto es que era inaceptable que el "prieto" trabajara en la gran corporación anglosajona (excepto en Ross Dress For Less en el 4444 Camino de la Plaza, ahí hay un ch*ngo de mexas). Mi mamá entonces decidió mover sus palancas con su íntima amiga personal (tipo Niurka y Gloria, que han estado en todos los cumpleaños de sus hijos), Susana Lombroso para que me diera empleo en su famosísimo grooming, Happy Dog Spaw, en el 4370 de Bonita Road, parte de su imperio canino. Por imperio canino me refiero a que también tiene un hotel canino y rescata perritos de la calle. Los perritos son su vida entera.


Sussy literalmente es la Reina del Grooming, y SO-POR-TEN. Yo soy la First Lady of the Bedchamber, encargado de organizar a las Damas de la Reina y las Lavanderas los sábados.


Sussy me convirtió en bañador de perros, y así fue como un 25 de mayo de 2021 desperté a las 4:30 am para emprender mi camino internacional hacia las tierras lejanas del Barrio Real de Bonita y Sunnyside, en el Condado de San Diego, en los ex dominios del Rey de España. Sobra decir que mi trayecto a Bonita (que está a 10 millas de mi casa, por cierto) tomó como seis horas. Llegué tarde. Bueno, no. Considerando las famosísimas palabras de Dame Julie Andrews en el filme El Diario de la princesa 2 (2004): The Queen is never late, everyone else is simply early.


Tras tres horas de espera para cruzar la frontera y tras tomar dos carruajes reales (autobuses del MTS, para ustedes los plebeyos😩) y el tren real (el trolley), a las 10:45 am llegué al 4370 de Bonita Road. Fui recibido afectuosamente por Susana, quien me conoce desde que era un feto, y nos pusimos a chambear. A los pocos minutos, le estaba exprimiendo el ano a un perro por, en aquel entonces, $13.00 USD/hora (brutos).


De aquél entonces, mi salario subió, pero aún así trabajamos por las propinas, queridos, así que siempre denle propina a su estilista canino de confianza🙈


La semana siguiente, durante mi segunda excursión a Bonita, conocí a los niños que, desde entonces, se han convertido en la luz de mis ojos: Ale y Emi. Primero hice clic con la niña, la persona más linda que he conocido a la fecha. Será muy mimada y consentida por su madre de esta vida, pero es una niña buena. Luego, por simbiosis (porque esos dos chamacos parecen cuentas de orden: no existe uno sin el otro, me cae), me hice amigo de Emi. La verdad, después de dos años, sigo creyendo que Emi no sería mi amigo si no me hubiera hecho amigo de Ale primero😂


Nos convertimos en un núcleo familiar muy pronto, y llegamos a la conclusión de que en una vida anterior, los expulsé de mis entrañas, pues somos muy similares entre los tres. Estos niños se convirtieron en mis hijos, y los voy a defender con uñas y dientes (valiente en mi casa y en cualquier lugar...). Estos jóvenes adultos, o bueno, aún niños (porque aún les falta MUCHO que aprender) se robaron mi corazón y me han dotado de cariño y amor incondicional, como si de verdad fuera su madre en esta vida. Les juro que Diosito no pudo haberme mandado a mejor lugar que el 4370 de Bonita Road.


Mi familia se expandió con la inclusión de Karla, Diana e Ivo (el hermanito de Emi y, por consiguiente, el más pequeño de todos mis hijos). A ellos también les asigné un lugar muy especial en mi corazoncito.


Tuve la fortuna de reencontrarme con Sussy, íntima amiga personal de mi mamá y ps ahora mi PATRONA🫡 Como quiero a Sussy, de veras, como si fuera mi tía de verdad. Ella me ha acogido en su vida como si fuera su hijo, y por toda su generosidad y cariño le estaré eternamente agradecido. Mención honorífica para Letty (la bestie de Sussy y la siguiente en la cadena de mando de Happy Dog), quien también me ha procurado y apoyado estos últimos dos años.


No puedo hablar de esta experiencia maravillosa que he vivido en Happy Dog sin mencionar a las familias de estos niños que he adoptado. Liz (mamá de Ale), la Sra. Margarita (su abuelita), la tía Ceci y el tío Pancho, Jessica y Christina (la familia paterna de Ale), y por supuesto, la Sra. Olivia (abuelita de Emi y de Ivo), mil gracias por todo su cariño y apoyo. En verdad estoy agradecido de haberlos conocido.


Ya fue mucha cursilería. Retomemos el punto de los perritos y cómo es que terminé amando este trabajo. Dejando de lado que tengo que exprimir ano canino, jamás pensé que me divertiría tanto trabajando. Ni siquiera me gustaban los perros cuando llegué ese primer día a trabajar. Mi relación de amor con los perritos inició por mera necesidad de sobrevivir. Iba solamente a quedarme ese verano, y ya van dos años. Además de poner comida sobre mi mesa y de pagar mi segunda carrera, voy a Happy Dog a canalizar mi estrés para incrementar la productividad. El grooming es terapéutico, cuando no es tu fuente principal de ingresos.


Los perritos saben cuando necesitas un levantón de ánimo, y el número de perritos que me han dado besitos en toda la cara y que han brincado a mis brazos cuando los recibo para bañarlos es la prueba de la plenitud que me causa mi trabajo y de todo el cariño que les demuestro a los lomitos en cada baño🥰


El aspecto "terapéutico" del grooming me fue resaltado por la amiga más extravagante de Sussy, "La Pilarica", o como yo la bauticé cuando olvidé su nombre en alguna ocasión, "La Maja" (contexto: es española). Realmente si es terapéutico. En el ejercicio de mi profesión, estoy bajo constante presión y estrés, gente pretenciosa y formalidad. El grooming me ayuda a escapar, al menos por 8 horas los sábados, de la gran rigidez del mundo corporativo que tanto denuncio y quiero erradicar.


Empecé mi tiempo en Happy Dog como cualquier otro bañador, pero hoy soy más que eso. Ahora soy pieza clave del equipo, en mi papel de recepcionista y encargado de turno de facto. Nunca pensé que en el grooming podría aplicar todos los preceptos de la administración que he aprendido a lo largo de mi vida y todas esas cosas de relaciones públicas y atención a clientes que tanto se me dan. Gracias tía Sussy por confiar en mi para mantener aflote el changarro en lo que llegas a tomar posesión de tu emporio canino las tardes del sábado.



Ahora que inicio mi tercer año en Happy Dog Spaw, no sé cuánto tiempo más me quede, pero les aseguro que, salvo hechos extraordinarios, no me iré pronto. Planeo seguir contestando el teléfono "Happy Dog, how can I help you?", recibiendo clientes, bañando perritos y exprimiéndoles el ano en el mediano plazo, mientras sigo ch*ngándole para constituir un ingreso digno y reservas de efectivo para una emergencia, oh, y para solventar la Maestría en Impuestos que tanto quiero cursar en el futuro no muy lejano.


Orgullosamente puedo decir que soy Licenciado en Contaduría, una profesión que me apasiona, y que también exprimo ano y rasuro genitales caninos para ganarme una feria. Momentos que me mantienen humilde😩

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